Después de la derrota del movimiento revolucionario de junio de 1849 en Alemania, casi todos los miembros del Comité Central, reunidos en Londres y ayudados por nuevas fuerzas revolucionarias, camiseta bayern tomaron seriamente en sus manos el trabajo de reorganización. En el otoño de 1849, volvieron a reunirse en Londres la mayoría de los miembros de los antiguos comités centrales y congresos. Ese día, Ebenezer Cobb Morley inició una serie de seis reuniones entre doce clubes de distintas escuelas londinenses en la Taberna Freemason’s, con el objetivo de crear un código de fútbol universal y definitivo, que tuviera la aceptación de la mayoría. El padre de Luis Díaz, ‘Mane’ Díaz, recordó un especial momento en los inicios de la carrera como futbolista de su hijo, quien ahora es una estrella a nivel mundial. En el momento presente, cuando la pequeña burguesía democrática es en todas partes oprimida, instruye al proletariado, exhortándole a la unificación y conciliación; ellos desearían poder unir las manos y formar un gran partido de oposición, abarcando dentro de sus límites todos los matices de la democracia. En medio de la efervescencia reinante en Alemania, hacer una incusión en el país para importar la revolución desde fuera y a la fuerza, equivalía a socavar la revolución alemana, fortalecer a los gobiernos y entregar a los mismos legionarios -de esto se encargaba Lamartine- inermes en manos de las tropas alemanas.
De cuán poco se preocupan los demócratas burgueses de realizar una alianza en la que los proletarios serían considerados como copartícipes con iguales derechos e idéntica situación, es un ejemplo la actitud de los demócratas de Breslau, quienes en su órgano el Oder-Zeitung están atacando a aquellos trabajadores que se hallan organizados independientemente, y a quienes motejan de socialistas, haciéndoles víctimas de severas persecuciones. En Breslau, trabajó hasta el verano de 1848 Wilhelm Wolff, con gran éxito, logrando ser nombrado candidato para representar a Silesia en el parlamento de Francfort La Asamblea de Berlín fue convocada en Berlín en mayo de 1848 para elaborar la Constitución «de común acuerdo con la Corona». Las doctrinas sostenidas por la Liga desde 1847 hasta 1852 y que entonces podían ser tratadas despectivamente por los sabios filisteos, como quimeras salidas de unas cuantas cabezas locas y exaltadas, como doctrinas misteriosas de algunos sectarios sueltos, cuentan hoy con innumerables partidarios en todos los países civilizados del mundo desde los condenados de las minas de Siberia, hasta los buscadores de oro de California; y el fundador de esta teoría, el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo, Carlos Marx, era, cuando murió, el consejero siempre solicitado y siempre dispuesto del proletariado de ambos mundos.
Mientras tanto, la Copa Mundial de Fútbol se consolidó como el evento deportivo de mayor importancia en el mundo entero, incluso superando en audiencia a los propios Juegos Olímpicos. Entonces había que andar buscando uno a uno a los obreros conscientes de su situación como obreros y de su contraposición histórico-económica con el capital, pues esta misma contraposición estaba todavía en mantillas. Sólo faltaba Schapper, encarcelado en Wiesbaden, y que se presentó después de absuelto, en la primavera de 1850, y Moll, quien después de haber cumplido una serie de misiones peligrosísimas y de varios viajes de agitación -el último, para reclutar en el seno mismo del ejército prusiano, en la provincia del Rin, artilleros montados para las baterías del Palatinado- se enroló en la compañía de obreros de Besancon, del destacamento de Willich, muriendo de un tiro en la cabeza en la batalla del Murg, delante del puente de Rotenfels.
Washington Ortega, arquero de La Equidad, decidió patear una pena máxima y dejó atónitos tanto a compañeros como rivales con su eficacia de cara al arco. Pero esta manera fría de apreciar la situación era para mucha gente una herejía en aquellos momentos en que Ledru-Rollin, Luis Blanc, Mazzini, Kossuth y los astros alemanes de menor magnitud, como Ruge, Kinkel, Gögg y qué sé yo cuántos más, se reunían en Londres para formar a montones los gobiernos provisionales del porvenir, no sólo para sus países respectivos, sino para toda Europa, y en que sólo faltaba recibir de los Estados Unidos el dinero necesario, a título de empréstitos revolucionarios, para llevar a cabo, en un abrir y cerrar de ojos, la revolución europea, y con ella, naturalmente, la instauración de las correspondientes repúblicas. Al final del partido, el árbitro compensa el tiempo total en minutos que se suspendió el juego en diferentes momentos. El partido deberá de ser controlado por un árbitro quien tiene que hacer cumplir las reglas del juego. Salvo las excepciones previstas en esta reglas se ganara un tanto cuando el balón haya traspasado completamente la línea de meta entre los postes y por debajo del larguero sin que haya sido llevado o lanzado o intencionalmente golpeando con la mano o el brazo.
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